“Cuando ellos llegaron, Samuel vio a Eliab y pensó: «Con toda seguridad éste es el hombre que el Señor ha escogido como rey.» Pero el Señor le dijo: «No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.» -1 Samuel 16:6-8
No imites lo que el mundo quiere ver. El mundo se trata de apariencias, de cómo te ves, de cómo hablas; Dios no mira lo que los hombres ven sino el corazón y mientras tu corazón este alineado a la voluntad de Dios estarás aprobado para sus planes y propósitos.
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” -Mateo 5:8